Ryanair rechaza una denuncia de fraude de accionistas en Estados Unidos

Ryanair aseguró hoy que “derrotará” los “falsos” argumentos recogidos en una demanda presentada por un grupo de accionistas en Estados Unidos, que acusa a la aerolínea irlandesa de defraudar a los inversores e inflar el precio de sus títulos.
Según los medios irlandeses, la denuncia ha sido interpuesta en un juzgado de Nueva York por un fondo de pensiones del servicio de bomberos y policía de la ciudad de Birmingham, en el estado de Alabama, aunque Ryanair indicó hoy en un comunicado que aún no ha recibido la documentación pertinente.
La aerolínea líder en Europa del sector de bajo coste aseguró que “se defenderá vigorosamente y derrotará” los “falsos” planteamientos de los abogados de los accionistas, a los que calificó de “cazadores de personas accidentadas”.
Los demandantes sostienen que, entre el 30 de mayo de 2017 y el pasado 28 de septiembre, Ryanair y su consejero delegado, Michael O’Leary, defraudaron a los inversores e inflaron el precio de las acciones al exagerar su capacidad para gestionar conflictos con sus trabajadores y rebajar los costes incurridos por afrontar disputas laborales.
“Estas reclamaciones están abocadas al fracaso porque no tienen una base real. Las de Ryanair figuran entre las acciones de aerolíneas que mejor están rindiendo en 2018, a pesar del aumento significativo del precio del petróleo y abaratamiento de los billetes, que afectan a todas las aerolíneas de la Unión Europea”, señaló la compañía.
Asimismo, subrayó que la dirección de la empresa ha tenido “muy pocos” conflictos laborales con su plantilla este año, pues recordó que las huelgas de pilotos y de personal de cabina organizadas este verano “solo afectaron a ocho días”, en los que, no obstante, llegó a operar “más del 90 por ciento” de los vuelos programados durante esos parones.
La mayoría de las cancelaciones y retrasos de sus vuelos, precisó, estuvieron provocadas por las huelgas de los controladores aéreos y la falta de personal en ese colectivo, un problema, añadió, que “afecta a todas las aerolíneas” comunitarias y a “sus pasajeros”.
Ryanair anunció en diciembre de 2017 que reconocería, por primera vez en su historia, a los sindicatos independientes de sus trabajadores, una medida que abrió numerosos procesos de negociación, algunos de los cuales desembocaron en huelgas en varios países europeos.
En este sentido, el propio O’Leary anunció el pasado 1 de octubre que la aerolínea había rebajado un 12 % su previsión de beneficios para este año fiscal, ante el impacto de las movilizaciones de su personal de cabina y pilotos, así como por el aumento de los costes por indemnizaciones a los clientes y el encarecimiento del petróleo.
En lo que va de año, la cotización de la acciones de Ryanair ha oscilado desde un máximo de 18,3 euros hasta un mínimo de 11,5 euros, mientras que los expertos prevén que podrían seguir cayendo si se mantiene la incertidumbre respecto a la posibilidad de más huelgas en el futuro.