Tres latinos pasaron tres décadas en la cárcel antes de ser exonerados.

Nueva York, 16 dic (EFEUSA).- Un tribunal en Nueva York revocó hoy las sentencias contra tres latinos que hace tres décadas fueron condenados por haber incendiado un edifico en 1981, suceso en el que murieron seis personas.
Sin embargo, uno de ellos, Raymond Mora, murió en prisión en 1989 mientras que William Vázquez, que perdió la visión durante ese periodo, y Amaury Villalobos salieron en libertad condicionada en 2012 mientras continuaron peleando por su caso en corte con la ayuda de la organización Innocence Project.
Hoy, un tribunal en el condado neoyorquino de Brooklyn les declaró inocentes de haber provocado el incendio, en el que perdieron la vida una mujer y sus cinco hijos, entre los 9 meses y los nueve años, y retiró los cargos, lo que Vázquez y Villalobos celebraron con sus familiares desde el mismo tribunal.
Los tres hombres fueron hallados culpables de homicidio sólo con los testimonios “inconsistentes y contradictorios” de la propietaria del edificio, Hannah Quick, de acuerdo con el fiscal que llevó ahora el caso, Mark Hale, según señala “El Diario”.
La fiscalía indicó además durante el proceso de revisión del caso que no se hallaron sustancias acelerantes en la escena, y de acuerdo con expertos consultados, el fuego fue un accidente.
Poco antes de morir en 2014, Quick reiteró que los tres latinos eran inocentes, que mintió en su testimonio.
“Después de 33 años, finalmente pude comprobar que no soy culpable. Ahora voy a disfrutar mi vida”, dijo Villalobos, de origen puertorriqueño, tras escuchar la decisión del juez Matthew J. D’Emic, de la Corte Suprema de Brooklyn.
Vázquez recordó por su parte que sólo tenía 30 años cuando ingresó a prisión, y ahora tiene 65, pero aseguró a los medios de comunicación que no tiene remordimientos en contra de Quick porque “todos cometemos errores” y el odio “no recupera nada”.
“Si muero hoy, puedo descansar en paz”, aseguró.
Para Eileen Mora, que mostró la foto de su padre durante la audiencia en el tribunal, su exoneración “es el mejor regalo de Navidad” que tendrá.
“No hay mejor regalo que decir que mi padre no es culpable y que ahora todo el mundo lo sepa”, dijo entre lágrimas.
Desde el 2014 en la fiscalía de Brooklyn se han revocado 17 condenas.