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Aficionados de España animan a la selección antes del comienzo del partido amistoso que disputan frente a Suiza en el estadio de La Cerámica. EFE/ Juan Carlos Cárdenas

La Cerámica despide a la selección, rumbo al Mundial, en ambiente festivo

El estadio de La Cerámica de Vila-real despidió a la selección española en su último partido en casa, ante Suiza, antes de afrontar el Mundial de Rusia en un ambiente festivo de un público volcado con el combinado nacional.
El encuentro ante Suiza (1-1) reunió a cerca de 20.000 aficionados en las gradas de la Cerámica en la tercera ocasión en la que España disputaba un partido en el campo del Villarreal, tras los precedentes de 1999 ante San Marino y 2008 ante Chile.
Al igual que sucedió en el entrenamiento de la jornada previa al partido, el centrocampista Andrés Iniesta fue uno de los principales protagonistas, ya que fue especialmente vitoreado y aplaudido desde el momento que hizo acto de aparición y cuando fue sustituido por Saúl Ñiguez (minuto 55).
El partido ante Suiza podría ser el último que Iniesta juega con la selección en suelo español en el caso de que tras el Mundial de Rusia anuncie su marcha de la selección y, consciente de ello, el público coreó con fuerza el nombre del jugador manchego de Barça segundos antes de que comenzase a rodar el balón.
Igualmente, ante algunos pitidos a Gerard Piqué en el primer momento que tocó el balón la gran mayoría del publicó empezó a corear el nombre del central catalán para apagar los silbidos.
También tuvo una especial acogida el guardameta Pepe Reina, hoy suplente, pero que también fue centro de los aplausos de los aficionados tras haber militado en el Villarreal entre los años 2002 y 2005.
Además, el partido suponía el reencuentro entre España y Suiza desde que el combinado helvético ganase al equipo español en la inauguración del Mundial de 2010 en Sudáfrica, curiosamente la única victoria suiza en los 19 enfrentamientos celebrados anteriormente.
El palco contó con la presencia, entre otros, del president de la Generalitat, Ximo Puig, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, el embajador de Suiza en España, Giulio Haas, el presidente del Villarreal, Fernando Roig, así como el entrenador del equipo castellonense Javi Calleja.
En los prolegómenos del partido desde la megafonía se contribuyó a la fiesta que se vivía en la gradas con canciones como ‘Mi gran noche’ de Raphael o una versión moderna de ‘Paquito el Chocolatero’ que los aficionados celebraban mientras agitaban las banderas españolas a la par que hacían la ola.
El colofón al ambiente festivo previo al choque fue cuando sonó el himno nacional español que fue coreado por la totalidad de estadio poco antes de que se escuchase en un absoluto y respetuoso silencio el himno suizo.
Tras este partido, España disputará su último amistoso de preparación para la cita mundialista ante la selección de Túnez y que tendrá como escenario la ciudad rusa de Krasnodar el próximo da 9 de junio.