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Jefe de policía de Nueva York se retira en septiembre e irá al sector privado

El jefe de la Policía de Nueva York, Bill Bratton, anunció hoy que se acogerá al retiro en septiembre, tras aceptar una oferta del sector privado, lo que tomó por sorpresa a los neoyorquinos, a los que había dicho que dejaría el puesto a finales de 2017.

Bratton aseguró durante una conferencia de prensa junto al alcalde Bill de Blasio que su decisión no tiene nada que ver con el reclamo de comunidades de minoría para que renunciara, ni con la investigación que el FBI realiza al departamento que dirige desde 2014 por casos de corrupción de algunos agentes.

“No hay un buen tiempo para irse, pero este es el momento correcto”, afirmó el aún jefe del departamento de policía más grande de la nación y que no desveló detalles relacionados con su nuevo empleo, limitándose a decir que se quedará viviendo en la ciudad.

“Es tiempo de seguir adelante”, aseguró Bratton, con 45 años de carrera en la Policía, quien ha logrado mantener la criminalidad, tiroteos y homicidios en descenso y ha dotado a su departamento de nueva tecnología, equipo y entrenamiento para enfrentar el terrorismo, tal y como hoy recordó durante su anuncio.

Su renuncia ocurre luego de que al menos un centenar de activistas reclamara ayer frente al Ayuntamiento que dejara el cargo y que se terminase con la política de “ventanas rotas”, que defiende la detención de personas por delitos menores para evitar una escalada del crimen.

Esas estrategia, según los activistas, afecta principalmente a minorías como afroamericanos e hispanos.
De Blasio aseguró “al 110 por ciento” que la salida de su jefe de Policía, al que designó cuando asumió el cargo como alcalde, no tiene nada que ver con el reclamo para que renunciara.

Explicó además que Bratton, de 68 años, le informó el pasado 8 de julio de su intención de dejar el cargo y, tras consultas con su equipo de trabajo, hoy anunció que quien ha sido el número dos en la Policía, James O’Neill, de 58 años, “es la persona perfecta” para sustituirle a partir de septiembre.

O’Neill, por su parte, será reemplazado por el hispano Carlos Gómez.
“Bratton ha servido por mucho tiempo a esta ciudad y a la nación”, recordó el alcalde.
El todavía jefe de la Policía ya había ocupado ese cargo entre 1994 y 1996, bajo la administración del alcalde republicano Rudolph Giuliani, una administración bajo la que hubo sonados casos de brutalidad policial.

Bratton regresó al puesto con el reto de mejorar las relaciones entre la policía y las comunidades de minoría, afectadas de forma desproporcionada por la política de las “paradas y cacheos”.

Y aunque se logró progresos, no ha escapado a la tensión racial por actuaciones de la Policía, como en el caso del afroamericano Eric Garner, que murió por asfixia hace dos años cuando un agente le aplicó una prohibida llave de estrangulamiento.

Bratton tuvo que hacer frente también a la tensa situación que surgió entre sus agentes y el alcalde por sus comentarios tras lo ocurrido con Garner; al asesinato de dos de sus hombres en “venganza” por la muerte de afroamericanos en el país; y a una investigación por corrupción que ha llevado a que algunos oficiales de alto rango hayan sido acusados.
De Blasio destacó durante la conferencia que su próximo jefe de Policía “tiene la pasión” necesaria para el trabajo y es un “extraordinario líder”.

“Nunca imaginé, cuando comencé en este trabajo en 1983, que estaría aquí, como el próximo jefe de la Policía”, indicó por su parte O’Neill durante la conferencia en el Ayuntamiento mientras afuera algunos celebraban la partida de Bratton.
El fiscal federal Preet Bharara aseguró que Bratton ha sido “un gran líder” y que los neoyorquinos tienen una deuda de gratitud con él por su gestión durante “tiempos tan difíciles para las agencias del orden”.

Por su parte, la Campaña por una Reforma en la Policía aseguró que “no importa” quién dirija el departamento, pues permanecen los problemas de la política de “ventanas rotas”, una vigilancia militarizada de las minorías, las intervenciones contra los sin techo o los miembros de la comunidad LGBT “y otras prácticas perjudiciales”.

“Los problemas son sistemáticos y no cambiarán con el liderazgo, particularmente si ese liderazgo y el alcalde mantienen su compromiso con la ideología discriminatoria de Bratton”, indicó en un comunicado Anthonine Pierre, portavoz de la organización.