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El presidente de EE. UU, Donald Trump, realiza declaraciones sobre la inmigración durante una reunión del Consejo Nacional Espacial en la Sala Este de la Casa Blanca, en Washington (EE.UU), hoy, 18 de junio de 2018. EFE

Trump ordena establecer una fuerza militar dedicada al espacio

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó hoy la creación de una fuerza militar dedicada a las operaciones en el espacio, con el fin de garantizar el “dominio” estadounidense del cosmos y contrarrestar los avances de China y Rusia.
Trump anunció que ha ordenado al Pentágono que “comience inmediatamente el proceso para establecer una ‘fuerza espacial’ como la sexta división de las Fuerzas Armadas”, al mismo nivel que los Ejércitos de Aire y Tierra, la Armada, la Infantería de Marina y la Guardia Costera.
“Tiene que haber un dominio de Estados Unidos en el espacio (…). No queremos que China y Rusia y otros países nos lleven la delantera”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.
El mandatario no dio detalles sobre la misión que asumiría esa “fuerza espacial” y se limitó a indicar que había encargado al jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de EE.UU., el general Joseph Dunford, que disponga el proceso necesario para crearla.
En este sentido, la portavoz del Departamento de Defensa, Dana White, reveló en un comunicado que se ha constituido una comisión para que “comience a trabajar” en este asunto, “el cual afectará a las operaciones de Inteligencia de las Fuerzas Aéreas, el Ejército de Tierra, la Armada y la Infantería de Marina”.
Trump ya adelantó en marzo que quería formar una división de las Fuerzas Armadas estadounidenses que se enfocara en el espacio, por considerar que allí también “se combaten guerras, igual que en la tierra, el aire y el mar”.
El mandatario reconoció entonces que “no hablaba en serio” cuando mencionó por primera vez a sus asesores la idea de crear ese cuerpo militar, pero después pensó que era una “gran idea”.
Constituir una nueva división de las Fuerzas Armadas requeriría el visto bueno del Congreso, y no está claro que Trump pueda convencer a los legisladores de la necesidad de establecer un nuevo ejército, algo que no ocurre desde que en 1947 se crearon las Fuerzas Aéreas.
La nueva fuerza militar asumiría, previsiblemente, las funciones que ahora tiene el Comando Espacial de la Fuerza Aérea, según dejó entrever Trump.
“Vamos a tener la Fuerza Aérea y vamos a tener la Fuerza Espacial, separadas pero iguales”, indicó el mandatario.
Entre las actividades que desarrolla ahora el citado comando de la Fuerza Aérea están la gestión de satélites que proporcionan coordinadas de geolocalización para misiones de defensa y la vigilancia de objetivos que pueden ir desde los misiles a los grupos militantes, explicó el diario The Washington Post.
Cabe destacar que el anuncio de Trump coincide con la firma hoy de una nueva normativa gubernamental que, bajo el título “Directiva sobre Política Espacial III”, estipula una serie de indicaciones para regular el tráfico en el espacio, en cuya aplicación tomará parte el Departamento de Comercio.
“Teniendo en cuenta que existen más de 800 satélites operativos entre más de 600.000 restos que flotan por el espacio debemos hacer un esfuerzo para proteger estas importantes inversiones”, señaló durante la firma del documento el secretario de Comercio, Wilbur Ross.
El secretario de Comercio resaltó, además, que esta directriz permitirá al Pentágono centrarse en su “principal objetivo”: La defensa de Estados Unidos.
Dos congresistas estadounidenses -el republicano Mike Rogers y el demócrata Jim Cooper- propusieron el año pasado crear una misión dedicada al espacio, aunque su plan contemplaba que esa división dependiera de la Fuerza Aérea.
El pasado octubre, el secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, expresó en una carta su “oposición” a la creación de una nueva división por considerar la idea innecesaria y cara, aunque ahora no está claro cuál es su postura ante la nueva propuesta de Trump.
Las actividades militares de Estados Unidos en el espacio tendrían al menos un límite teórico, dado que el Tratado del Espacio Exterior, del que Washington es parte, prohíbe el establecimiento de bases militares en la luna u otros satélites o planetas y las pruebas armamentísticas en el espacio.