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Manifestantes se reunen frente a puertas de la inauguración del nuevo y lujoso hotel de Donald Trump

“¡No a Trump, no al KKK (Ku Klux Klan), no a un Estados Unidos racista!”, coreaban los manifestantes, que se dieron cita desde las 7 de la mañana con la intención de permanecer hasta la noche frente al lujoso hotel del candidato presidencial Donald Trump que abrió hoy sus puertas en la histórica avenida Pensilvania de la capital estadounidense.

El hotel se ha instalado en el histórico edificio del servicio de correo postal de EE.UU., que cuenta con 100 años de antiguedad y el cual ha sido completamente renovado para albergar al hotel más lujoso y costoso de la capital de Estados Unidos.

Trump ha señalado el proyecto como un símbolo de su habilidad para liderar una súper potencia como EE.UU., pero al mismo el hotel refleja muchas contradicciones a sus políticas ventiladas durante su campaña a la presidencia estadounidense.

El candidato hizo una rápida visita al hotel esquivando a los manifestantes y a los medios de comunicación, y publicó una foto en su cuenta de Twitter en la que aparece rodeado de decenas de trabajadores de la flamante empresa hostelera.

“¡Me he pasado por @TrumpDC para agradecer a todos estos tremendos hombres y mujeres por su duro trabajo!”, afirmó el candidato en Twitter.

Aunque la ceremonia de apertura oficial está programada para octubre, los manifestantes quisieron dejar huella en la primera jornada de operación de la empresa y denunciar la retórica racista que, a su juicio, ha quedado asociada al nombre del candidato republicano y a sus compañías.

“Cualquier huésped que tenga que entrar hoy al hotel Trump debe saber que habrá manifestantes enfadados fuera”, dijo a Efe Brian Becker, el director nacional de la Answer Coalition, una organización civil pacifista y contra el racismo que impulsó la manifestación.

Trump ganó en 2012 un contrato para restaurar la antigua sede de la oficina postal, un majestuoso edificio de finales del siglo XIX, y convertirla en un hotel de lujo, una tarea en la que ha invertido unos 200 millones de dólares y que completó dos años antes de lo previsto.