Excesivo uso de electricidad conduce a descubrimiento de droga en Colorado.

Denver (CO), 29 ene (EFEUSA).- El excesivo uso de electricidad por parte de un hispano en su vivienda de una pequeña localidad en el sur de Colorado llevó a las autoridades federales a detectar operaciones de tráfico ilegal de drogas.
Según la información difundida hoy, agentes de la Fuerza de Tareas Antidrogas notaron a principios de 2015 que una casa particular en Cotopaxi, un pueblo con sólo 50 habitantes situado a 240 kilómetros al sur de Denver, consumía unos 1250 kilovatios mensuales de electricidad.
El promedio de consumo en Colorado es de 700 kilovatios para ese mismo período y en Cotopaxi no llega a los 100 kilovatios por mes.
Debido a eso, el dueño del inmueble, Víctor García, de 68 años, quedó bajo vigilancia y los agentes detectaron luego que estaba cultivando Marihuana en esa propiedad, así como en otros siete locales de la zona posiblemente desde mayo de 2014.
Una vez obtenida la droga, el hombre la enviaba en cajas desde Colorado Springs por correo privado a varias direcciones en Florida.
El 1 de septiembre del año pasado, agentes de la Administración Antidrogas de Estados Unidos junto con policías y alguaciles locales realizaron la llamada “Operación pasto de montaña” que culminó con el arresto de 13 hombres y una mujer en Cotopaxi y en Westcliffe, otra pequeña localidad.
En el operativo se incautaron 28 armas de fuego, 1000 plantas de marihuana, 22 kilogramos de marihuana procesada, y unos 25.000 dólares en efectivo.
A cuatro meses del operativo, el fiscal federal en Colorado, John Walsh, inició este jueves, según se supo hoy, los procedimientos necesarios para que las cuatro propiedades (con un valor estimado de 827.000 dólares), el dinero confiscado y los automóviles de lujo secuestrados pasen a poder del estado.
Además, pidió la incautación permanente de una casa móvil, relojes de lujo y de todo el equipo usado por García y sus cómplices para el cultivo ilícito de la marihuana.
Entre los presuntos miembros de la banda figuran dos exresidentes de Florida, Griesys León y Rafael Hernández, encargados de alquilar las viviendas en Cotopaxi y Westcliffe; y un hombre, Jorge Rodríguez Leiva, de 51 años, que en el momento de ser detenido portaba un pasaporte cubano. Todos los otros sospechosos tenían nombres hispanos.
De ser declarado culpables de todos los cargos, los detenidos podrían ser condenados a penas no menores de 10 años en prisión e incluso a cadena perpetua.
Con anterioridad, el juez Walsh había descrito a los ahora detenidos como “una organización de narcotraficantes fuertemente armados capaces de transportar cantidades significativas de marihuana fuera de Colorado y generar así grandes ganancias”.