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Ecuador conmemora a partir hoy su fecha patria del 10 de agosto, en la que recuerda una gesta simbólica protagonizada por los próceres del Primer Grito libertario hace 209 años, germen de futuros movimientos independentistas en Latinoamérica.

Ecuador marca los 209 años del Primer Grito Libertario de Latinoamérica

Ecuador conmemora a partir hoy su fecha patria del 10 de agosto, en la que recuerda una gesta simbólica protagonizada por los próceres del Primer Grito libertario hace 209 años, germen de futuros movimientos independentistas en Latinoamérica.
Una parada militar con la participación del jefe del Estado, Lenín Moreno, y recorridos teatralizados recuerdan la histórica jornada en el casco antiguo de Quito.
“Todos los días estamos dando un nuevo grito de independencia, alegría y esperanza”, manifestó el mandatario ecuatoriano en el acto militar, en el que también participó el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, y comandantes de las fuerzas Terrestre, Naval y Aérea.
La efemérides marca los hechos ocurridos en Quito el 10 de agosto de 1809, cuando un grupo de criollos liderados por Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre, y respaldados por fuerzas de seguridad, envían al doctor Antonio Ante a entregar una carta de destitución al conde Ruiz de Castilla, que presidía en nombre de la Corona española la Real Audiencia de Quito.
El escrito le comunicaba que una Junta de Gobierno conformada por los sublevados le relevaba de sus funciones y tras su inevitable aceptación, salieron a las calles los criollos quiteños declarando “somos libres e independientes”, sucesos que reciben el nombre de “Primer Grito de Independencia”.
“Fue definitivamente el hito que marcó las revoluciones hispanoamericanas, la independencia y destrucción del Imperio español en América”, explicó a Efe Alegría Donoso, docente de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de las Américas (UDLA).
Para que se diera el alzamiento independentista fueron fundamentales las ideas ilustradas traídas por las misiones geodésicas europeas, la Revolución Francesa, la Independencia de EE.UU., y la llegada de la imprenta a Quito en 1759.
“Todos estos procesos marcaron a las clases criollas”, subraya Donoso y rescata la figura del médico Eugenio Espejo como uno de los grandes promotores de las ideas emancipadoras, que difundió gracias al primer periódico quiteño, Primicias de la Cultura de Quito.
El mandatario ecuatoriano hizo hoy entrega del Premio Eugenio Espejo a un poeta, un artista y un científico, con el que se conmemora el Día Nacional de Cultura.
El levantamiento contra los representantes de Fernando VII en Quito, que gracias a la revuelta pionera recibió la denominación de “Luz de América”, no se trató de un hecho aislado, sino la consecuencia de una cadena de sucesos previos.
Pero fue una reunión crucial en la vivienda de Manuela Cañizares, considerada una de las grandes figuras patrias del Ecuador, un día como hoy en 1809, la que dio alas a los revolucionarios.
A unas decenas de metros de su casa, hoy al servicio de la Iglesia, está el Palacio de Carondelet, donde el ambiente festivo del puente del 10 de agosto comenzó el miércoles con ensayos de los Granaderos de Tarqui, la escolta presidencial.
Unos preparativos destinados a la conmemoración de la llamada “Velada libertaria”, una serie de actos con los que la Presidencia ecuatoriana evoca los hechos históricos de aquellos 9 y 10 de agosto.
Esta noche, los Granaderos iniciarán la Velada con la entonación de marchas militares y posteriormente el Batallón Libertadores recorrerá las calles aledañas para dar paso a la tradicional “Fanfarria Militar” y a la “Gimnasia Militar”, una demostración del manejo del fusil.
Durante todo el puente, los turistas que visiten el Centro histórico de Quito podrán también recorrer la Presidencia, donde guías ataviados a la usanza del siglo XIX recibirán a los visitantes.
Los guías representarán a personajes históricos y narrarán los acontecimientos que conducirían al Primer Grito de Independencia.
También se recreará la reunión de los patriotas el 9 de agosto de 1809, la destitución del presidente de la Real Audiencia de Quito y la posterior masacre del 2 de agosto de 1810, hasta finalizar con la consolidación de la independencia ecuatoriana en 1822.