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EE.UU. da un gran paso legal para permitir la explotación lunar privada

El regulador estadounidense de aviación autorizó hoy por primera vez a una empresa privada lanzar una misión a la Luna, creando un marco legal inexistente para facilitar la exploración y explotación de un satélite de soberanía internacional.

En un comunicado de prensa emitido hoy, la Agencia Federal de Aviación (FAA) anunció que autorizó el 20 de julio (día del 47 aniversario del primer alunizaje) a la empresa Moon Express, con sede en Florida, lanzar en el futuro un sonda robotizada capaz de aterrizar y moverse por la superficie lunar.

“La FAA ha determinado que el lanzamiento de la sonda no pone en peligro la salud pública, seguridad de personas y propiedad, los intereses nacionales o de política exterior, o las obligaciones internacionales”, indicó la FAA en un comunicado.

Para Moon Express este es un pequeño paso en su camino hacia la Luna, pero un gran paso legal para un sector que comienza a andar y que podría en un futuro no muy lejano permitir la explotación minera del satélite terrestre para la generación de combustible espacial, energía limpia o agua.

La autorización de la FAA supone la primera aplicación seria para el ámbito privado del Tratado del Espacio Exterior, un acuerdo internacional de casi medio siglo que determina el carácter internacional, sin soberanía demarcada, del espacio.

El generalista tratado internacional asegura que “las actividades de entidades no gubernamentales en el espacio exterior, incluida la Luna y otros cuerpos celestes, deben requerir la autorización y continua supervisión de los estados parte de este tratado”.

En 1967, cuando los soviéticos y estadounidenses impulsaron este acuerdo en plena lucha por la hegemonía espacial, no se contemplaba la posibilidad de empresas privadas en el espacio, algo que Washington está promoviendo con subsidios y desregulación.

El logro administrativo de Moon Express le acerca a la posibilidad de proclamarse ganador a finales de 2017 del desafío lanzado con Google en 2007, el Lunar X Prize, que busca ideas capaces de aterrizar en la Luna, mandar imágenes y moverse en la superficie más de 500 metros.

El equipo ganador, de los 16 que permanecen en la competición, se llevará 20 millones de dólares para realizar el proyecto, que Moon Express espera poder llevar a cabo dentro de un año, pese a que no ha finalizado la sonda o el cohete que la debe poner en órbita.

Naveen Jain, el presidente de Moon Express, parafraseó hoy al fallecido presidente John F. Kennedy al asegurar que han elegido ir a la Luna “no porque sea fácil, sino porque es un buen negocio”.
Un exultante Jain explicaba hoy en entrevista con CNBC que en una década esperan comenzar a enviar misiones tripuladas a la Luna, algo que se hizo por última vez hace más de 40 años.

“Espero que al aterrizar en la Luna inspiremos a emprendedores de todo el mundo a lanzarse a intentar lo imposible, a curar el zika, a curar el cáncer (…) Que vean que un inmigrante puede venir a este país y conseguir algo totalmente de locos”, opinó Jain, de origen indio y que hizo fortuna en la burbuja de las “puntocom”.
Moon Express considera que una vez dominados los desplazamientos a la Luna la empresa podrá lanzar misiones de bajo coste para extraer platino o helio-3, un isótopo abundante en el satélite que en el papel puede ser el origen de energía de fusión limpia, pero cuya viabilidad sigue siendo cosa de ciencia ficción.

La eliminación de las barreras para viajar a la Luna por iniciativa privada es otra de las iniciativas de la administración estadounidense para incentivar actividades espaciales.

Tras varios años de experimentación, subsidios y desregulaciones, dos empresas privadas, SpaceX y Orbital ATK, han conseguido realizar con éxito misiones de abastecimiento a la Estación Espacial Internacional (EEI).

Además, el pasado noviembre el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó la llamada Ley de Comercial de Lanzamiento Espacial, con la que se permite a ciudadanos estadounidenses reclamar propiedad de asteroides si son capaces de explotarlos.

El objetivo de esta ley es poner las bases de la futura minería espacial, considerada vital en el proceso de colonización del espacio exterior, donde serán necesarias fuentes de energía y agua in-situ para expandir la presencia de la humanidad por todo el sistema solar.